La Manola: el eco de las mujeres que habitan en mí me llegó en forma de mensaje privado de Facebook. Era Patrícia Ordóñez que me preguntaba si yo me le leería lo que había escrito y le daría mi opinión. Yo a Patricia no la conozco en persona (confío en que en algún momento ya no será así) sino porque es amiga de mi padre. De Barcelona.
De primeras, me fascinó que se hubiera atrevido a hacer lo que yo siempre he deseado, escribir sobre mis ancestros; que hubiera tenido el coraje de plasmar su proceso de crecimiento y sanación personal sobre el papel al mismo tiempo que abordaba la dura historia de las mujeres de su familia. Así que me puse a leerlo. Y no daba crédito. No podía parar de leer.
De la pobre Andalucía de principios de siglo XX al chabolismo de la Barcelona de los 50-60; de la violencia de la guerra a la violencia en casa; de los hijos perdidos, muertos, del inmenso dolor, de la congelación para sobrevivir, de la incapacidad para demostrar amor de tantas y tantas generaciones....y de la eterna violencia contra la mujer. Siempre esa violencia.
Donde pone Andalucía pon Castelló, Aragón, Amposta, Murcia o Morella. Donde pon Manola pon Isabel, Elvira, Teresa, Paca o Cristobalina....El nombre es lo de menos. Es la capacidad de Patricia de hacer visible una historia común, general, sencilla, y convertirla en una historia inspiradora, extraordinaria.
El eco de las mujeres que habitan en nosotras son muchos ecos, muchas piezas. Piezas que una sobre la otra hacen una larga escalera para que nosotras podamos subir más alto que ellas, hasta el cielo.
A todas y todos los que amáis a las mujeres os recomiendo de corazón este libro que saldrá en diciembre para querer, a través de la historia de Manola y de Patricia, un poco más nuestra historia y la de quienes la escribieron antes de nosotras. Por ellas, que hicieron lo que pudieron y un poquito más.